Para nosotros, la principal diferencia es crucial: nuestros datos están a libre disposición de cualquiera y para cualquier fin. Esto es lo que llamamos datos abiertos.
Casi todos los demás sitios, servicios y aplicaciones prohíben que otros reproduzcan y reutilicen sus datos. Por el contrario, los celosos se los reservan para sí mismos. En la mayoría de los casos, sus condiciones de uso prohíben explícitamente cualquier uso no personal y cualquier extracción total o parcial de los datos.
Consideramos que la información sobre productos alimentarios es demasiado importante y útil para guardarla en una caja fuerte. Por eso, cuando en 2012 pusimos en marcha el proyecto y la app Open Food Facts, decidimos hacer exactamente lo contrario: no solo permitimos que cualquiera utilice y reutilice nuestra base de datos, de forma gratuita y libre de impuestos, para cualquier fin (incluido el comercial), ¡sino que lo fomentamos!
Hacer que los datos sean accesibles al público (lo que se conoce como datos abiertos) permite a particulares, asociaciones, empresas, investigadores, etc. de todo el mundo pensar y desarrollar aplicaciones para los datos que a nosotros seguramente nunca se nos habrían ocurrido.